Los fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de la Palabra de Dios, de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser asociados a su oración incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del Espíritu Santo sobre el mundo entero (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1196).
Puesto que el monasterio es la escuela del servicio del Señor, la liturgia es nuestra obra principal. Nada debe preferirse a ella, dice la Regla de San Benito. Su forma comunitaria la distingue nítidamente de la oración personal y hace resaltar su carácter eclesial, ya que el coro monástico interpreta la voz de la Iglesia entera, que alaba a Dios e intercede por el mundo cada día. El cuidado en el canto de los textos hace de la liturgia, también, una catequesis permanente que construye espiritualmente la comunidad y los miembros fieles que participan en esta plegaria.
El horario muestra la importancia de la plegaria litúrgica en la vida cotidiana de la monja. Siete veces al día, la comunidad vuelve al coro para cantar la alabanza de Dios. La misa conventual, sacramento del Misterio Pascual, ocupa el lugar principal.
Días de diario |
||
---|---|---|
Vigilias | 6,55 h. |
(6,45 h. fiestas litúrgicas) |
Laudes | 8,00 h. |
|
Eucaristía | 8,30 h. |
|
Sexta | 13,30 h. |
|
Nona | 16,00 h. |
|
Vísperas | 19,30 h. |
|
Completas | 22,00 h. |
Domingos y Festivos |
|
---|---|
Vigilias | 7,25 h. |
Laudes | 8,45 h. |
Eucaristía | 10,30 h. |
Sexta | 13,30 h. |
Nona | 16,00 h. |
Vísperas | 19,30 h. |
Completas | 22,00 h. |